sábado, 10 de mayo de 2014

¿Cómo quedé embarazada? Por: Travel-In-Mommy


Yo soy Travel-In Mommy. Hace 4 años decidí dejar mi vida de ejecutiva para acompañar a mi amor por el mundo; por eso aquello de viajar es una constante que nunca se termina en mi vida. Soy profesional empacando y consiguiéndome las cosas más livianas para así poder maximizar el espacio en mi maleta y que nunca me falte nada de mi colección primavera/otoño/verano.He vivido en lugares exóticos y todavía mis muebles y regalos de matrimonio están sin estrenar gracias a la vida nómada que he tenido en los últimos años…

Quedar embarazada después de los 30, por lo menos para mi no fue tan fácil como peluquear un bobo.  Yo soy de las que traté, me fui de vacaciones disque a buscar el bebé, me preocupé, me relajé, fui al doctor, también mandé a mi esposo a hacerse espermogramas para chequear que su “pólvora no estuviera mojada”, me estresaba con la preguntica incómoda: ¿y para cuando piensas encargar? (la gente no sabe cuan imprudente puede llegar a ser esa pregunta indefensa)…hasta que por fin la famosa prueba me mostró esas dos rayitas bien repintadas que tanto deseábamos mi esposo y yo.



Fueron 8 meses desde el día que decidí dejar de tomarme las pastillas hasta que por fin quedé embarazada. Para mi fue eterno pero la verdad, ahora soy consciente de que no fue tanto. Me pasaron muchas cosas que por la edad y las circunstancias de mi vida que  hicieron que mi búsqueda no fuera efectiva desde el momento que decidí dejar las pastillas.

Me acuerdo perfectamente  de ese día. Me estaba graduando del MBA en Madrid y estaba cansada de estudiar tanto. Como me iba de viaje con mi esposo a Vietnam y Camboya, teníamos la oportunidad perfecta para ir a lugares paradisíacos a recordar los días de la luna de miel.  Pero volvimos y nada… y así pasaron unos meses. Luego los viajes de trabajo tampoco ayudaban porque justo cuando tocaba hacer “juiciosos la tarea” no estábamos juntos.

Lo más chistoso fue que también nos dimos cuenta que estábamos haciendo mal las cuentas (ahí ya habían pasado como 3 meses tratando…  3 meses perdidos) así que nos tocó volver a empezar. Ahí fue cuando una amiga me dijo que tenia que hacerme un estudio de mi temperatura corporal y aproveché que estaba en USA (donde uno puede conseguir todo lo que se necesita) y me compré el famoso termómetro porque los normales no sirven. Me tocaba tomarme la temperatura después de abrir el ojo y procurar hacerlo sin haberme movido casi… obviamente no logré obtener ningún patrón y se me perdió el termómetro entre tantos trasteos.

Después otra amiga me dijo que había unas cintas que te medían si estabas ovulando con la orina. Para comprarlas me toco esperar a un viaje, (más tiempo tratando sin lograr lo que quería), porque en ese momento vivía en Guinea Ecuatrorial, un país africano donde no había nada para comprar y las droguerías siempre estaban desabastecidas. Por fin viaje y me compré un bulk como de 6 cajas (o sea 6 meses más de intentos) para seguir ver si así lo lograba.

Esas cintas son muy cómicas porque el día que es la prueba te sale  una carita felíz.. y no importa la hora o el día, a uno le toca amarrar al marido y no hay estrés, ni cansancio ni reunión que valga (aunque así tampoco es chévere buscar bebés) porque el tiempo fértil en cada ciclo no dura sino máximo  48 horas.

La cosa se complica cuando no te salen caritas felices ningún día… ahí la que se hace la prueba no está tan feliz. Eso me paso a mi y para rematar, estaba en proceso de mudarme a Mozambique y allá no tenía doctores…  o sea que me tocaba esperar (MAS!) hasta ir a Colombia a hacerme chequeos y ver que pasaba con mi cuerpo.

Después de hacerme algunos exámenes de rigor, mi doctora llegó a la conclusión de que tenía ciclos anovulatorios (por eso no quedaba) y que eso era consecuencia del síndrome de ovarios poliquísticos. Para rematar, me dijo que si concebir un bebé es ya de por si un milagro, con esa condición es aún más difícil. Lo bueno es que era tratable y tocaba seguir intentando y ser paciente.

Mis ganas de ser mamá sobrepasaron ese panorama poco alentador y me dedique con juicio a hacer ejercicio y a tomarme lo que me recetaron… sin embargo lo que más me sirvió fue relajarme, saber que todo llega en el momento preciso y sin acosar al otro y así fue como en un lugar recóndito de África por fin quedé embarazada a los dos meses de empezar el tratamiento, desde entonces no se borra de mi, una complacida carita feliz!

2 comentarios: